Dejan dos balas en el parabrisas del auto de un fiscal federal que investigó la causa "Carbón Blanco"

Las balas dejadas sobre el parabrisas del fiscal federal Carlos Amad

Por Fernando Soriano (Clarín)

El actual fiscal federal de Salta Carlos Amad, quien durante los últimos años investigó el caso de contrabando de una tonelada de cocaína conocido como “Carbón Blanco” en Chaco, denunció ayer que volvió a sufrir amenazas. Esta vez, a diferencia de las dos anteriores, no encontró una nota intimidatoria, sino dos balas apoyadas en el parabrisas de su coche, que estaba estacionado en la puerta de su casa en Resistencia.

“Fue a la hora de la siesta, y las encontré cuando me iba para Salta. Los muchachos no descansan”, contó Amad anoche a Clarín. El fiscal hizo la denuncia y recibió el apoyo de la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, quien le aseguró que volverán a asignarle una custodia pemanente de Gendarmería. También se comunicó con él la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó.

Es la tercera amenaza que recibe Carlos Amad desde que, junto al fiscal Federico Carniel, comenzaron a investigar el caso conocido como “Carbón Blanco”, por el que  en 2015 fueron condenados el abogado Carlos Salvatore, el ex empresario del fútbol Patricio Gorosito y otros tres hombres, con penas de entre 17 y 21 años de prisión.

La amenaza anterior de la que fue víctima Amad, que ahora trabaja con causas de narcotráfico en Salta, ocurrió en diciembre. “Amad cagón, te mandaron lejos pero igual la vas a pasar mal, en Salta tenemos amigos, cuidate mucho y cuidá a tu familia”, decía una nota mecanografiada que apareció pegada el 22 de diciembre en la puerta de la Fiscalía de los Tribunales de Salta.

Un día antes, en Resistencia, Carniel encontró otra nota similar, pero en el parabrisas de su auto. A fines de enero, ambos fiscales estaban de vacaciones y fueron víctimas de dos hechos extraños: Carniel se encontró con un vidrio de su auto roto y 12 horas más tarde Amad entró a su casa de la capital chaqueña y se dio cuenta que se habían llevado dos bicicletas y dos relojes. “Fue intimidatorio”, comentó ayer al evocar ese episodio.