La "previa" a los boliches: alcohol y drogas
Por Juan Batalla (Infobae)
Es una problemática en aumento. Cada vez
más, durante la temporada veraniega, las noticias se ven nubladas de historia
de adolescentes y jóvenes que envuelven alcohol, drogas y violencia. Es más, ni
bien comenzó el año se conocieron los casos de los jóvenes que fallecieron por
consumo de sustancias en una fiesta electrónica y también los desmanes que
sufrieron, vecinos y turistas, en una playa de Villa Gesell.
Estos eventos no suceden por casualidad o
azar, sino que existe un funcionamiento que respeta las bases de lo que sucede
durante el año en la ciudad, pero que se acrecienta, aumenta, se expande por
las redes sociales y reúne a menores y adultos de todo el país, que quizá nunca
se habían visto antes. Y allí, las probabilidades de que los problemas surjan
también crecen.
En diálogo con Infobae, la médica
psiquiatra Geraldine Peronace reveló cómo es la rutina en la época estival, qué
hacen, cómo se reúnen y cuáles son las consecuencias, muchas veces fatales.
"Generalmente el
circuito arranca por la tarde, con los afters en la playa. Que no es el after
de la discoteca. Todo comienza en los paradores, que ponen un grupo que toca o
un Dj. Ahí empiezan a aparecer los tragos, el alcohol, twittean o suben a la
red que toca tal o cual en determinado lugar y empieza el consumo de
alcohol".
Peronace, que posee una
extensa experiencia trabajando junto a jóvenes con problemas de adicciones en
discotecas de la Ciudad de Buenos Aires, explicó que "la rutina" se
extiende hasta la noche, cuando se encuentran "vía diferentes redes
sociales". Allí, "hacen algo parecido al 'botellón' español:
encontrarse en playas o en plazas a consumir alcohol, porque para los más
jóvenes y adolescentes es mucho más económico que el consumo dentro de la
disco. Y ya es una manera de asegurarse de llegar 'entonados' al lugar".
Entonces se produce el
'binge drinking', "que es el consumo compulsivo, todo junto, todo de
golpe. Es un atracón de alcohol, por lo tanto, esos no llegan a ninguna noche,
que termina ahí con un cuadro de urgencia o emergencia médica".
A su vez, la especialista
explicó que esos encuentros "van acompañados de la marihuana, que cada vez
se extiende más dentro de la población juvenil" y luego, para ir a bailar
aparece la tercera sustancia: el éxtasis.
Peronace, quien además
realiza charlas para padres y jóvenes, en colegios públicos y privados de todo
el país, como en instituciones y clubes, sostuvo que "no hubo una merma
del uso del éxtasis luego de lo que fue la tragedia de Time Warp. Al contrario,
sigue aumentando".
Para la especialista no
solo se necesitan campañas de concientización por parte del Estado, sino
también que mejore la comunicación entre padres e hijos: "La familia está
desinformada, hay mucha desconexión entre padres e hijos. Por otro lado, los
padres piden al colegio lo que ellos no hacen. Y por encima del colegio el
gobierno, que tiene que armar un plan de prevención, ya poner en práctica, en
el campo".
"Estaría bueno que
lo padres acompañen a sus hijos en el crecimiento. Están todos muy conectados a
las redes, pero desconectados del vínculo humano. Mucha conexión virtual y poca
conexión real".
Este combo, de drogas y
alcohol, tiene diferentes tipos de consecuencias, muchas veces fatales, como
sucede con el abuso de sustancias o los accidentes de tránsito. Otras, pueden
cambiar la vida de un joven para siempre.
"Algunos de los
grandes riesgos en esta época de verano son: en primera instancia, los accidentes
de tránsito; los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión
sexual, porque bajo los efectos del alcohol y/o de otras sustancias dejan de
cuidarse". Esto también genera "riñas callejeras".
Daños al cerebro
Los jóvenes que consumen
sustancias, aunque sea ocasional, ponen el desarrollo de su cerebro en peligro.
Todas las drogas dejan su rastro en el cuerpo y, a veces, esa huella puede ser
permanente.
"El desarrollo
neurobiológico del cerebro se concluye entre los 24 y 25 años. Hasta esa etapa
se siguen desarrollando áreas específicas. Todos los jóvenes que vayan a
consumir van a estar dañando y dejando improntas en zonas que están
nuevitas", dijo la especialista.
Como resultado de ese
daño, la vida de una persona puede cambiar en maneras que, a priori, pueden
parecer imperceptibles.
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