Uno de los detenidos es trasladado por la Policía Metropolitana
A través de 41 allanamientos que se
realizaron en la Capital Federal y las provincias de Buenos Aires, Tucumán y
Jujuy, se pudo desbaratar una organización criminal dedicada principalmente al
narcotráfico.
La banda estaba conformada por 32 personas
y subdividida en 4 grupos destinados a producir, fraccionar, distribuir y
comercializar diferentes drogas, anabólicos ilegales y medicamentos
adulterados.
Entre los elementos secuestrados se
encuentran 15 armas de puño y largas, municiones; 110 kg de marihuana; 7,5 kg de cocaína; 1 kg de pasta base; 13.000
dosis de LSD; 6.500 dosis de MDMA (éxtasis); 14 kg y 30 litros de químicos,
ácidos y sustancias para la elaboración de diferentes drogas; importante suma
de dinero en efectivo en pesos, dólares y euros; 112 automóviles utilizados
para la logística y 63 equipos de comunicación.
Cabe destacar que entre los detenidos se
encuentran dos químicos, dos efectivos policiales que estaban en disponibilidad
en sus respectivas instituciones y dos ex integrantes de fuerzas de seguridad
nacionales.
La investigación comenzó en octubre de 2014 a partir que el Juzgado
Nacional en lo Criminal Nº 11 a
cargo de Claudio Bonadío ordenó a la Policía Metropolitana investigar las
actividades desarrolladas por un fisicoculturista conocido como Christofer, que
estaría comercializando anabólicos ilegales en algunos gimnasios de la ciudad de
Buenos Aires.
Las primeras tareas investigativas llevadas
a cabo por el área de Delitos y Crimen Organizado fueron para determinar la
verdadera identidad de Christofer y los lugares donde frecuentaba. Los trabajos
de campo arrojaron como resultado que no sólo frecuentaba gimnasios sino que su
principal actividad ilegal la llevaba a cabo en fiestas electrónicas realizadas
en diferentes locales bailables, principalmente privadas, donde comercializaba
éxtasis y LSD.
Dos
laboratorios
Una vez recabadas estas pruebas se
profundizaron las tareas en base a intervenciones telefónicas, seguimientos,
filmaciones y vistas fotográficas que permitieron establecer a lo largo de casi
un año, la existencia de una red de narcotraficantes conformada por cuatro
organizaciones criminales dedicadas a la producción, acopio, distribución y
comercialización de drogas sintéticas (LSD, MDMA y anabólicos) y naturales
(cocaína y marihuana).
Asimismo, se detectó el funcionamiento de
dos laboratorios. Uno en la localidad de Bragado, donde se adulteraban
anabólicos y se producían drogas de diseño.
El otro, instalado en el patio y terraza de
una casa, propiedad de un químico-farmaceútico ubicada en la localidad
bonaerense de Ituzaingó. El lugar estaba equipado con prensas, balanzas, tubos
de ensayo, morteros de cerámicas, mecheros, tamizadores, termómetros, balones
de vidrio, refrigerantes y precursores químicos para producir y “estirar” las
drogas.
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