Situación geográfica del barrio Müller, en Córdoba capital
Por Gabriela Origlia (Infobae)
Los familiares de los tres adolescentes baleados por presuntos dealers el domingo, al salir de un cumpleaños en el barrio Muller, una de las zonas "rojas" en el mapa de las drogas de esta ciudad, afirman que "los narcos se sienten dueños del lugar y hacen lo que quieren" al amparo de la desprotección policial.
La madre de uno de los chicos confirmó a LA NACION que recibió amenazas el lunes y anteayer en su casa. Señala que se presentó un hombre y le dijo: "Si seguís hablando te voy a matar a vos y a los chicos, no muevas más el tema". Ya realizó la denuncia policial.
El ataque se produjo a la madrugada, cuando un grupo salía de un cumpleaños de 15 del club Banfield. Caminaban por la calle y se les cruzó un Peugeot 308 blanco que iba a alta velocidad; hubo gritos e intercambio de insultos. "Háganse los locos, vamos a volver", les advirtieron.
El auto, según el relato de los chicos, regresó a los tres minutos. Bajaron cuatro personas y empezaron a tirar. A uno que estaba en el piso le apuntaron a la cabeza, pero la bala no salió. Los chicos los identificaron inmediatamente porque todos son de Muller y de Maldonado, barrios que están pegados.
Lucas, Jaquelin y Rodrigo -de entre 13 y 16 años- quedaron heridos. Fueron trasladados al Hospital de Urgencias por un hombre que presenció todo el hecho. A la chica, la bala le fracturó tibia y peroné; uno de los varones estuvo grave, con un tiro en el abdomen.
Muller y Maldonado están caracterizados por el Observatorio de Seguridad Ciudadana como una zona de intensa actividad relacionada con el tráfico de drogas, donde pequeños dealers controlan el espacio público para que la venta no sea afectada. A diferencia de otros barrios, como Bella Vista, allí funcionan "cocinas".
S identificó a uno de los atacantes como jefe de un grupo "pesado". Desde otro sector, señalan que uno de los heridos es un "perro de la gente de René «el Chancho» Sosa", líder de una banda detenido hace unos meses y condenado por narcotráfico. Esta semana comenzó a ser juzgado nuevamente por el secuestro de 18 kilos de cocaína en Carlos Paz y por una escucha telefónica que lo vincula al tráfico de droga en matafuegos.
Daniel Martínez, titular de la ONG La Botellita que trabaja con niños y adolescentes del lugar, relata a LA NACION que el lunes a la noche debió persuadir a amigos y familiares de los heridos de no avanzar sobre la casa de los atacantes. "Querían hacerlo porque la policía no les había querido tomar la denuncia", dijo.
Finalmente, una ayudante fiscal se las tomó. El fiscal general provincial, Alejandro Moyano, dijo a LA NACION que se investiga la versión de los padres sobre la negativa a recibirles la denuncia, a la vez que advierte que por el caso se tomaron testimoniales y se secuestró el arma. "En este tema puntual no había droga de por medio", insistió.
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