El narcotraficante peruano Marco Estrada González
Por Gabriel Di Nicola (La Nación)
Sobre las espaldas de Rolando Jesús Huaura Antúnez, alias "Rolly", pesaba un pedido de captura internacional. Estaba señalado como uno de los lugartenientes de Marco Estrada González, otro peruano considerado durante varios años por las fuerzas federales de seguridad y por investigadores judiciales que lo persiguieron como líder de una poderosa organización narcocriminal que tiene como base de operaciones la villa 1-11-14, en el Bajo Flores, una zona caliente del tráfico de drogas en la ciudad de Buenos Aires.
Durante años "Rolly" logró sortear numerosos allanamientos en la villa. Pero ayer fue descubierto por detectives de la Policía Federal cuando irrumpieron en tres centros de acopio y estiramiento de droga que tenía la banda narco en el asentamiento del Bajo Flores.
El sospechoso fue apresado en "plena tarea de embolsado de paco y cocaína", según informaron fuentes de la causa. Cuando se vio rodeado intentó escapar arrojándose desde un segundo piso, pero no pudo ir lejos y fue detenido.
Según pudo saber LA NACION de boca de calificadas fuentes de la investigación, para llegar hasta el presunto lugarteniente de "Marcos" un detective policial permaneció durante cuatro meses infiltrado en el seno de la organización.
En el operativo, ordenado por el juez federal Sergio Torres, además de la detención de "Rolly" se concretó la captura de otro peruano acusado de integrar la misma organización, históricamente relacionada con el grupo extremista andino Sendero Luminoso.
"La hipótesis es que Huaura Antúnez y el otro sospechoso detenido eran los encargados de la distribución de cocaína y paco en la 1-11-14 y en otros puntos de la ciudad de Buenos Aires", explicó a LA NACION un importante investigador del caso.
En los operativos, hechos por detectives de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal, y en los que estuvieron presentes los máximos colaboradores del juez Torres, se secuestraron al menos diez kilos de cocaína, 2500 bolsitas con paco, una ametralladora calibre 9 mm., dos armas de puño, municiones y tres chalecos antibala.
Los detectives y funcionarios judiciales descubrieron tres lugares usados por la organización para acopio, estiramiento y fraccionamiento de la sustancia.
"El nivel de estructuración alcanzado por la organización criminal en estudio posibilitaría al grupo la inmediata recomposición de sus miembros frente a la ausencia de algunos de sus primigenios integrantes (ya sea por detenciones sufridas, deserciones, expulsiones del grupo, fuga ante los pedidos de captura), logrando así mantener incólume gran parte de las actividades de tráfico ilícito de estupefacientes", sostuvo el juez federal Torres en la resolución que ordenó los allanamientos hechos ayer.
Desde 2010, el juzgado federal de Torres y la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal y la Gendarmería Nacional identificaron a más de 100 sospechosos; 63 imputados terminaron condenados. Todos integrantes de la poderosa organización que, en su momento, según la Justicia, era liderada por "Marcos", que en un juicio abreviado admitió su culpabilidad y recibió una pena de seis años de prisión. Ya quedó libre y vive en un barrio cerrado de Ezeiza.
Según el juez federal Torres, la organización narcocriminal cuenta con "satélites" o "campanas" que "habitualmente se hallan armados y se dedican a alertar a los presuntos involucrados en las actividades ilícitas" y "otros sujetos que despliegan funciones de custodia, comúnmente conocidos como «soldados»".
Ayer hubo otro golpe estatal al narcotráfico. En un operativo realizado por la Gendarmería se secuestró cocaína embebida en granos de arroz, en un depósito fiscal cercano al puerto de Rosario. Según fuentes consultadas por LA NACION, se estima que serían entre 20 y 40 kilos de droga y que el cargamento iba para África y, de allí, a Europa. Fueron detenidos 12 sospechosos, la mayoría colombianos; uno de ellos fue capturado en Tigre.
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