El narco colombiano Henry de Jesús Londoño, al momento de ser detenido por la Policía Federal en 2012
Por Virginia Messi (Clarín)
Por tercera vez desde que fue detenido en
octubre de 2012 en Pilar, el colombiano Henry de Jesús López Londoño (45, alias
“Mi Sangre”) logró suspender sobre la hora su juicio de extradición. La
audiencia para decidir sobre el pedido de Estados Unidos –que lo reclama para
juzgarlo como jefe narco– debía concretarse ayer a las 8.30 en los Tribunales
de Comodoro Py. Todo estaba planeado, desde las acreditaciones para la prensa
hasta el uso de una gran sala en el subsuelo del edificio y un megaoperativo de
seguridad. Pero el colombiano sacó nuevamente un as de la manga: el martes echó
a su abogada defensora y así consiguió ganar tiempo. Ahora se calcula que el
juicio no será antes de mediados de mayo, con suerte.
Al fastidio que esta nueva demora provocó
en Tribunales –donde “Mi Sangre” presentó decenas de recursos en los últimos
tres años para eludir la extradición– se sumó la preocupación de las
autoridades por una posible fuga o “rescate”. Desde hace tiempo, López Londoño
está aislado en el pabellón psiquiátrico del Complejo Penitenciario I de
Ezeiza. Pero su objetivo es desmarcarse de tanta vigilancia.
Con esto en mente, “Mi Sangre” terminó el
año pasado el CBC de Derecho y comenzó a diseñar el próximo paso. Como esa
carrera no se estudia en Ezeiza sino en el penal de Devoto, su plan de estudios
incluye que tres veces por semana lo trasladen a Capital para ir a clases. Aún
no logró su objetivo (impracticable a nivel seguridad) sólo porque no pudo
presentar su certificado de estudios secundarios realizados en Colombia.
Totalmente a gusto en la Argentina, donde
nació su hijo más pequeño, López Londoño echó a su abogada como un manotazo de
ahogado al que debió recurrir luego de que el juez federal Sebastián Ramos –a
cargo de su caso– rechazara los últimos 15 recursos que presentó en su juzgado
en las últimas tres semanas con el único objetivo de postergar el juicio. “Mi
Sangre” usó tanto argumentos jurídicos –como la supuesta ilegalidad de su
detención– como médicos (una lumbalgia) para seguir poniéndole palos en la
rueda al proceso de extradición.
“El último intento fue el del dolor de
espalda. El lunes presentó un certificado médico para suspender el juicio, por
lumbalgia. Como no prosperó, le revocó el mandato a su abogada, Jacqueline
Arias Malatesta, argumentando que ella estaba enferma y no podría asistirlo en
el proceso”, confiaron a Clarín fuentes del caso.
Ante esto, el juez Ramos no tuvo más
remedio que parar todo y darle un plazo a López Londoño para nombrar un nuevo
defensor. En principio, de acuerdo a fuentes judiciales, la nueva abogada que
sería aceptada en el expediente es María Graciela Ricagno, la misma que le
lleva al colombiano y a su familia sus reclamos para ser admitidos en nuestro
país en carácter de “refugiados”.
Aunque el juez Ramos fijó como nueva fecha
de juicio el próximo miércoles 11 de mayo, en Comodoro Py hoy se daba por
descontado que Ricagno solicitará unos días extra para estudiar el expediente.
Según pudo saber Clarín, Ramos accedería a este pedido pero también advertiría
al colombiano adelantándole que nombrará de oficio a un defensor oficial en el
caso de que se le ocurra hacer la misma jugada otra vez.
El 21 de noviembre de 2013, “Mi Sangre”
logró abortar por primera vez su juicio de extradición planteando la nulidad de
la causa y objetando a Ramos como el juez natural del expediente. Un año
después, el 4 de diciembre de 2014, el colombiano consiguió suspender el debate
recusando al magistrado y tratándolo de “parcial”.
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