Un secuestro de 267 kilos de cocaína en Chaco, en febrero del año pasado
Por Virginia Messi (Clarín)
Durante 2016 creció la
incautación de cocaína en relación al año anterior. En números: 5.508 kilos
contra 4.304 kilos. En porcentajes: un 28% más. Eso indican las cifras
oficiales que el Ministerio de Seguridad de la Nación elaboró en base a los
operativos realizados por Gendarmería, Prefectura, Policía Federal y Policía de
Seguridad Aeroportuaria. Pero ¿esto qué quiere decir exactamente? ¿Que los
controles fueron más eficientes? ¿Que hay más droga en nuestro territorio? ¿O
un poco de ambas cosas?
Desde la Secretaría de
Seguridad, a cargo de Eugenio Burzaco -de quien depende el área de lucha contra
el narcotráfico- sacan pecho argumentando que el crecimiento en las
incautaciones se debió en gran medida al aumento de los operativos realizados,
que pasaron de 13.961 a
15.077. “No parece mucho, es un 8 % más, pero es uno más cada tres días”, se
entusiasmó, calculadora en mano, uno de los funcionarios nacionales consultados
por Clarín.
Sin embargo en el
Ministerio no desconocen otros factores, como que en septiembre de 2016
Gendarmería secuestró 865 kilos de cocaína que, literalmente, les cayeron del
cielo: habían sido arrojados desde una avioneta en el chaco salteño. De manera
que sólo este caso podría explicar gran parte del aumento en los números (el
crecimiento interanual fue exactamente de 1.204 kilos).
Como siempre, las
estadísticas permiten sacar conclusiones limitadas pero aún así, valiosas. Por
ejemplo: el 36% de la cocaína incautada en 2016 fue secuestrada en la provincia
de Salta, principalmente en controles sobre la ruta 34 (la “ruta blanca”). En
tanto, en Jujuy se decomiso el 15%. “El NOA (noroeste argentino) es el reino de
la cocaína”, definió otra fuente, según la cual el mismo kilo que en Salta se paga
1.000 dólares, puesto en Buenos Aires sube a 5.000 dólares, siempre hablando de
una pureza superior al 80%.
Del mismo estudio surge
que en la provincia de Buenos Aires se secuestraron el año pasado 646 kilos
(poco menos del 12 % del total), un monto muy parecido al registrado, por
ejemplo, en Santiago del Estero (608 kilos). Una explicación posible: la
Dirección de Análisis del Narcotráfico aún no sumó los números de las policías
provinciales y de la Aduana, cifras que deberán estar listas a mediados de año
para ser informadas a Naciones Unidas.
La ausencia temporal de
los números aduaneros tal vez también tenga algo que ver con que en Capital
Federal el secuestro significó apenas el 7% del total, pese al gran mercado que
representa la ciudad de Buenos Aires; es un lugar que combina mucha demanda por
parte de consumidores con puntos de venta que superan el narcomenudeo, como es
el caso de la villa 1-11-14, en el Bajo Flores.
En base a un mismo dato
las lecturas pueden ser muchas e incluso contradictorias. Desde el Ministerio
de Patricia Bullrich aseguran tener esperanzas en un programa que, de
progresar, permitiría sacar conclusiones menos subjetivas. Se llama “precio
pureza” y, aunque parece un eslogan de márketing para productos de
supermercado, fue diseñado para tratar de establecer la efectividad en los
controles contra el narcotráfico.
“Consiste en investigar
la pureza de la droga secuestrada y su relación con el precio de venta. Si las
pericias químicas muestran que la droga está cada vez más cortada pero su
precio en el mercado no baja sino que aumenta, quiere decir que hay menos
cocaína disponible en la calle como consecuencia de que los operativos fueron
efectivos”, sintetizó una fuente del Ministerio de Seguridad. El programa está
pensado a largo plazo (se necesita al menos un año base para hacer
comparaciones), pero ya cuenta con datos cargados de septiembre y octubre de
2016.
A nivel estadístico la
contracara de los números de la cocaína son los números de la marihuana, cuyo
secuestro bajó 16% en 2016 (122.296 kilos) respecto a 2015 (146.250 kilos). Las
explicaciones son varias, desde climáticas hasta deportivas. Desde el área de
Narcotráfico, a cargo de Martín Verrier, resumieron cuatro factores: En 2015 se
secuestró más marihuana que en 2016 por el simple hecho de que aquel año hubo
una cosecha récord en el principal país productor y exportador de esta droga,
Paraguay.
Según la Secretaría
Nacional Antidrogas (SENAD) de Paraguay, en 2015 se destruyeron menos
plantaciones que en 2014.
El factor climático: las
inundaciones en el Litoral afectaron las principales rutas de tránsito de la
marihuana, principalmente la Ruta Nacional (RN) 11, la RN 12 y la RN 14.
Tanto en 2014 como en
2016 los secuestros de marihuana en Argentina fueron menores que en 2015. Esto
coincide con que en 2014 fue el Mundial de Brasil y en 2016, las Olimpíadas de
Río de Janeiro, lo que llevó miles de turistas hacia allá y, detrás de ellos,
miles de kilos de droga.
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