Pastillas de éxtasis descubiertas durante un operativo
Por Gabriela Origlia (La Nación)
El ingreso de algo más de
20 kilogramos
de éxtasis en una semana por el aeropuerto internacional de esta capital alertó
a las autoridades sobre una nueva puerta en el país para las drogas sintéticas.
Para los investigadores
se trata de "señuelos o carnadas" con los que las organizaciones
internacionales dedicadas al tráfico de metanfetaminas sondean la capacidad de
control en las entradas para enviar, o no, nuevos cargamentos.
Otro aspecto que resulta
clave en estos casos es que, sin orden del juez, el personal de la Policía de
Seguridad Aeroportuaria (PSA) no puede acompañar al detenido hasta el hall para
identificar a quien lo espera, lo que la mayoría de las veces impide avanzar
hacia escalones superiores en las redes de tráfico de drogas.
"No detenemos a
nadie, nos quedamos sólo en el narcomenudeo porque una demora de media hora
implica que el que espera se va", se quejó ante LA NACIÓN un integrante
veterano investigador de la PSA. Las normas de procedimiento establecen que,
una vez detectada la droga, los agentes deben consultar al fiscal y al juez
federal de turno y así obtener una orden judicial para acompañar al pasajero y
tratar de identificar a sus contactos.
"De manera urgente
hay que enviar la orden o bien dejarla registrada telefónicamente, sino no
pueden salir de la sala", confió a LA NACIÓN un funcionario de la justicia
federal, que admitió que esos minutos son importantísimos para que quien
espera, huya porque supone que el transporte fue interceptado.
Táctica: seguimiento y discreción
Otra posibilidad
-especuló el funcionario es que, identificada la carga, la PSA no actúe de
inmediato y siga "discretamente" a quien la ingresa. "Deja salir
y después actúa; es un juego de tiempos muy riesgoso ya que después la defensa
puede voltear el procedimiento", reconoce.
Un lunes pasado, a la
madrugada, un ciudadano británico ingresó con 11 kg de pastillas de éxtasis
unas 70.000 unidades- y había embarcado en Ámsterdam y luego hizo una escala en
Río de Janeiro. Cinco días antes, una mujer de 24 años entró con 9,6 kg 40.000 unidades- y
también venía de Holanda, previa escala en Madrid y Brasil. Ayer, por Ezeiza,
un colombiano buscó pasar 7.000 pastillas, pero fue atrapado.
En los dos primeros casos
la droga estaba en un doble fondo del equipaje. "Casi a la vista -describe
un agente que participó del control-. Uno diría que era hasta ingenua la manera
en que intentaban ingresar esa cantidad, no había manera de no detectarla."
Ahora, esta modalidad
impulsa la hipótesis de que hay organizaciones que están haciendo inteligencia
a través de las mulas. "La percepción es que -como sucede también con las
drogas no sintéticas a veces mandan a una mula de 'carnada' y vienen otras mulas
en otros vuelos. Es una forma de verificar cómo funcionan nuestros controles de
seguridad, de probar nuestra eficacia. Son redes muy preparadas, con recursos y
dispuestas a perder un cargamento que, a valor de mercado, son unos 500.000
dólares. Parece mucho dinero, pero el negocio que manejan es mucho más
grande", confió un investigador de la PSA.
Un modelo diferente
En el III Congreso
Internacional de Alta Seguridad, que se realizó aquí el último fin de semana,
especialistas mexicanos y colombianos coincidieron en que hoy la rentabilidad
de las drogas sintéticas es más alta que la de las tradicionales.
"Se producen en
espacios chicos y de forma barata; cultivar cocaína o marihuana requiere de una
escala mayor para que sea negocio; las sintéticas cambiaron el modelo y tienen
una demanda en crecimiento", coincidieron los analistas.
Desde la justicia federal
y la PSA señalan que, hasta hace poco, Argentina era puerta de salida de
drogas; ahora entra. Un fiscal grafica el esquema a LA NACIÓN con el
"cuento del camionero": crece la alegría cuando se hace un viaje para
llevar algo y se vuelve cargado.
"Es probable que se
busque completar el circuito, entran con sintéticas que se producen poco en el
país y salen con cocaína o marihuana", describe. Ese sería el círculo que
las organizaciones intentan armar ahora en la Argentina.
El fiscal federal Gustavo
Vidal Lascano, a cargo de los dos operativos en Córdoba, confirmó a este medio
que analizan si las dos mulas son de una misma red. "Llama la atención que
la Argentina sea un mercado de tanto consumo de éxtasis, una droga normalmente
vinculada con las fiestas electrónicas, no a los barrios más populares."
La mujer detenida con
pastillas la semana pasada tiene 24 años, una beba de cuatro meses y traía cien
euros. "Siempre es gente vulnerable, que los dejan en banda si se les
complica el panorama. Los entusiasman tirándoles unos pesos y los están usando
para testear qué pueden hacer luego", apuntó a LA NACIÓN un oficial de
Aduana.
Los secuestros crecieron un 500%
* El
crecimiento del consumo de pastillas de éxtasis también se ve reflejado en los
importantes secuestros que se vienen registrando en los últimos tiempos en
distintos puntos del país: desde diciembre de 2015 hasta fines de setiembre de
este año, las autoridades nacionales afirmaron que se secuestró algo más del
500%.
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