El abogado Carlos Salvatore en la suite que ocupaba en el exclusivo Sanatorio Los Arcos
Por Virginia Messi (Clarín)
“Entendemos que la permanencia del imputado
en su domicilio particular importará mayor riesgo para su salud que su
alojamiento en el Complejo Penitenciario Federal I, pues no caben dudas de que
la atención que recibirá en el penal es mucho más completa que la que pudiera
tener en su domicilio”. Sintéticos y contundentes, los jueces federales de
Chaco Juan Manuel Iglesias, Eduardo Belforte y Aldo Alurralde decidieron mandar
nuevamente a la cárcel al abogado Carlos Salvatore (59), señalado como uno de
los principales narcos de Argentina.
En la resolución -de 14 páginas, fechada el
22 de diciembre-, los camaristas rechazaron un pedido de detención domiciliaria
presentado por su defensa y dispusieron que Salvatore -quien estaba internado
desde hacía 5 meses en el Sanatorio Los Arcos pese a estar en condiciones de
ser dado de alta- volviera al penal de Ezeiza. La medida se cumplió a rajatabla
en un operativo sorpresa montado por el Servicio Penitenciario Federal sobre la
medianoche del jueves.
Condenado a 21 años de cárcel por traficar
una tonelada de cocaína a Portugal en 2012 -e investigado por los envíos,
frustrados o no, de otras cuatro toneladas-, Salvatore apenas permaneció 15
meses tras las rejas. Su condición (real) de paciente cardíaco de alto riesgo
le permitió esquivar la prisión muchas veces. La última fue en agosto, cuando
una crisis grave lo sacó del Hospital del Complejo Penitenciario I de Ezeiza
-lugar desde donde presenció el juicio en su contra por el caso “Carbón
Blanco”- y lo envió al lujoso Sanatorio Los Arcos, de Palermo.
En su amplia habitación de Los Arcos,
Salvatore prácticamente se atrincheró. Los primeros informes periciales
indicaban que lo más probable era que partiera de allí rumbo a su coqueto chalé
de Belgrano. Sin embargo, aunque estaba custodiado las 24 horas por tres
agentes penitenciarios, logró hacerse de un teléfono celular. Pero fue
descubierto por la Justicia.
Esta violación a las condiciones de
detención en el sanatorio fue aprovechada por el fiscal federal de Chaco
Federico Carniel para volver a oponerse a la detención domiciliaria. Su
argumento fue el riesgo de fuga o de entorpecimiento de la Justicia que
representaba Salvatore fuera de la cárcel.
Como consecuencia de esta insistencia, lo
que parecía una decisión ya tomada en base a los informes periciales -que
aconsejaban extremar los cuidados médicos cuando se convirtiera en paciente
ambulatorio- terminó por darse vuelta.
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