Por Juan Federico (La Voz del Interior, Córdoba)
Sacaron sus teléfonos
celulares, y rápido con los dedos fueron ampliando las fotos que aparecían en
las pantallas. Así, compararon y detectaron que los investigadores a cargo de
cada uno de ellos habían secuestrado pastillas de éxtasis de la misma partida.
De la reunión convocada
por el fiscal federal N° 2 de la ciudad de Córdoba, Gustavo Vidal Lascano,
participaban el jefe de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA), Gustavo
Salcedo; la Aduana, a través de Sebastián Amaya, y un especialista de la
Policía Federal, Marcelo Simionatto.
El objetivo era que entre
todos comenzaran a trabajar en conjunto para intentar desentrañar lo que hoy
aparece demasiado intrincado: quiénes están por encima de las dos “mulas” que
en sólo cinco días fueron detectadas en el aeropuerto de la ciudad de Córdoba
con más de 60 mil pastillas de éxtasis en total.
Una joven bonaerense de
25 años, madre de una beba de meses, y un inglés de 58 años, un trotamundos al
que nadie todavía le puede asignar un domicilio y un trabajo fijo, permanecen
presos en la Cárcel de Bouwer acusados del delito de “transporte de
estupefacientes”.
En un doble fondo de sus
valijas, llevaban la droga desde Europa hacia Córdoba, aunque el destino final
también todavía es un enigma judicial.
Son la pata internacional
de un mismo fenómeno que en la provincia de Córdoba, fronteras adentro, se
replica en decenas de casos: las “mulas”, el eslabón más débil de la poderosa
cadena del narcotráfico.
Cinco días
Sobre estos dos últimos
detenidos, se tienen algunas certezas: hicieron el mismo viaje aéreo
(Ámsterdam, Holanda; Madrid, España; San Pablo, Brasil; Córdoba) y, cuando
llegaron al aeropuerto Ambrosio Taravella y fueron detenidos, nadie se preocupó
por ellos.
Ambos hoy son asistidos
por la asesora oficial Mercedes Crespi.
En el caso de la joven
bonaerense, se solicitó que cumpliera prisión domiciliaria, ya que tiene una
beba de pocos meses, pero tanto el fiscal como el juez Alejandro Sánchez
Freytes se opusieron, ya que entendieron que poco le interesó la pequeña al
momento de traficar.
Sucede que ya se comprobó
que la muchacha, de clase media-baja, según apuntaron los investigadores, viajó
a Europa sola, donde estuvo nada más que una semana, y regresó al país el
pasado 9 de este mes, pero no a su provincia, Buenos Aires, sino que aterrizó
en Córdoba, lo que no deja de llamar la atención.
¿Acaso la organización
eligió este aeropuerto pensando que se iba a topar con controles más laxos? Las
preguntas hoy se amontonan sin certezas.
Al momento de ser
detenida, ella sólo tenía su valija con algo de ropa y las 22.100 pastillas en
el doble fondo, además de 150 euros en la billetera.
En su descargo, dijo que
le habían regalado la valija en Holanda y que desconocía que tenía la droga
oculta.
Hasta ahora, no le
creyeron.
Entre otras pistas, se
analiza cómo se compraron sus boletos aéreos, ya que por su nivel económico se
sospecha que ella no realizó esta transacción.
De todos colores
En el caso del inglés, ya
se constató que alguien aún no identificado le había reservado por internet una
estadía en un apart hotel de la ciudad de Córdoba.
Las pastillas que cada
uno llevaba eran de éxtasis, pero diferentes entre sí.
Mientras la joven tenía
un cargamento uniforme de las pastillas llamadas “Rolls Royce” (todas tenías
inscriptas la sigla “RR”), el inglés, que arribó a Córdoba el 14 de este mes,
llevaba 38.100 pastillas de diferentes tamaños, colores e insignias.
Varias de ellas, se
comprobó ahora en la reunión que mantuvieron los jefes antidrogas, ya
circulaban por la ciudad de Córdoba, por lo que se sospecha que su organización
ya mandó a otras “mulas” con éxito a esta provincia.
Por la cercanía entre un
arribo y el otro, en la fiscalía creen que no se trata de una misma banda, sino
de al menos dos grupos que traficaban en paralelo.
De todos modos, por la
magnitud de todo lo secuestrado, se calcula que se distribuía en otras
provincias del país.
No obstante, se convocó a
las diferentes fuerzas antinarco porque una vez más se comprobó que la
proliferación de éxtasis en la provincia de Córdoba ya es una realidad más que
palpable.
Y, al mismo tiempo, quedó
al descubierto cómo cada fuerza investigaba por su cuenta, pese a que había
cruces más que importantes entre sus pesquisas.
Ahora, por ejemplo, se
descubrió que la misma partida de pastillas había sido encontrada en distintos
operativos realizados en los últimos tiempos en la ciudad de Córdoba
Ellas
La utilización de mujeres
como “mulas” parece ser una modalidad extendida en el organigrama narco.
El 30 de agosto pasado,
la FPA sorprendió en la ciudad de San Francisco a una mujer y a un hombre,
arriba de un auto, con ocho kilos de marihuana distribuida en 11 “panes”.
La investigación ha
establecido, hasta ahora, que la mujer de 48 años, domiciliada en barrio
Müller, de la ciudad de Córdoba, viajó en ómnibus con la droga para
entregársela al comprador.
Los traficantes locales
le habían pagado 5.000 pesos y le prometían 5.000 más si regresaba a Córdoba
sin ningún problema, confiaron otras fuentes a La Voz .
Oriunda de un hogar donde
sobran las carencias, semejante oferta la tentó y decidió asumir el riesgo.
Hoy, sola, la mujer permanece presa acusada de transporte simple de
estupefacientes. Se enfrenta a una pena de cuatro a 15 años de cárcel.
Otra joven de 22 años
acaba de ser detenida cuando intentaba ingresar 28 gramos de marihuana en
la cárcel de Cruz del Eje, para dárselos a su pareja.
Al ser controlada en el
ingreso al establecimiento carcelario, se comprobó que la muchacha llevaba la
droga oculta en su vagina.
También acusada de
“transporte”, hoy se enfrenta a una condena importante en la Justicia
provincial (narcomenudeo), ya que la ley agrava en dos años más la pena
prevista por tratarse de una cárcel.
En este punto, el abogado
Sebastián Lascano, que suele ejercer defensas en causas por narcotráfico tanto
en el fuero provincial como en el federal, advierte que la ley hoy no distingue
entre el que trafica miles de pastillas de éxtasis y aquel que lleva pocos
gramos: todos los transportistas o “mulas” terminan englobados en la misma
figura penal.
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