30 de octubre de 2016

Traficó 5.000 kilos de cocaína, tiene 9 causas por drogas y sólo pasó 15 meses en prisión

El abogado narco Carlos Salvatore, en la suite que ocupa en el exclusivo sanatorio Los Arcos, de Buenos Aires

Por Virginia Messi (Clarín)

¿Cuán impactante es para la opinión pública que un hombre condenado a 21 años por narco -al que se acusa de haber contrabandeado unos 5.000 kilos de cocaína a lo largo de una década– haya pasado apenas quince meses preso y esté a punto de volver a su chalet de Belgrano debido a su estado de salud? Eso es lo que se pregunta y repregunta Carlos Salvatore (59 años, abogado, casado, tres hijos, dos nietos), el líder y la cara más conocida de la megacausa “Carbón Blanco”. El tema de la “repercusión pública” lo tiene muy preocupado porque teme que la Justicia dilate o incluso frene la internación domiciliaria que aconsejan los médicos.

Desde el 3 de agosto de este año Salvatore vive en una suite en el cuarto piso del coqueto Sanatorio Los Arcos, en Palermo. Su prepaga intentó acortar su estadía pero él logró que se hiciera lugar a un amparo. Allí sigue en parte también porque ningún hospital público quiso aceptarlo y a la cárcel no puede volver.

El 8 de septiembre una junta médica integrada por especialistas nombrados por su defensa, forenses de la Corte Suprema de la Nación y un perito de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) dictaminó que su condición cardíaca era crítica y recomendaron su “internación domiciliaria”, ya que el penal de Ezeiza –donde estaba alojado– no cuenta con unidad coronaria y está a “más de una hora y media de cualquier complejo médico que pueda salvar su vida”.

Por pedido del fiscal federal de Chaco hoy se realizará una nueva pericia. Y Salvatore cree que es posible que se apague la luz al final del túnel que lo lleva a su lujoso chalet de la calle Melián al 2100. De allí salió esposado el viernes 8 de mayo de 2015. Su prisión domiciliaria fue revocada luego de que amenazara con mandar matar a la jueza federal chaqueña Zunilda Niremperger, quien llevó adelante el caso “Carbón Blanco” (una tonelada de droga secuestrada en Portugal), la única causa grande que llegó a condena. “Yo pago este homicidio, pero ella se muere”, le dijo Salvatore por teléfono a su esposa, que acababa de ser detenida por Niremperger acusada de lavado de dinero. Las disculpas posteriores no le sirvieron de nada.

La cuestión no es sencilla. Salvatore es un hombre muy enfermo, según coinciden todos los médicos. Pero también es, de acuerdo a la Justicia, uno de los narcos más importantes de la Argentina, un hombre sobre el que ya pesa una condena y que está acusado en otros ocho procesos relacionados directa o indirectamente con el trafico de cocaína.

En orden cronológico, Salvatore es señalado como el cerebro detrás de un envío de 1.000 kilos de cocaína decomisados en Valencia en 2005, causa por la que el juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena lo procesó el pasado 14 de octubre. A este expediente le sigue: “Membrillo Blanco” (250 kilos de droga secuestrada, en 2008 en Lima, provincia de Buenos Aires); “Agoforestal” (762 kilos secuestrados en Bilbao en 2010); “Cocaína Negra” (350 kilos decomisados en Salta en 2011); y “Peras Blancas” (1.200 kilos encontrados en Campana). La lista de expedientes (en todos ya está procesado) se completa con una causa por lavado de dinero, a cargo de Niremperger –en la que Salvatore fue procesado junto a su esposa y su suegro y embargado por 760 millones de pesos– y la de las amenazas a la misma jueza.

A la última investigación, por la que fue indagado hace pocos días en Los Arcos algunos, la llaman “el cargamento fantasma”. Se trata de 12 kilos de cocaína secuestrados en Portugal y que formarían parte de un envío de 500 kilos que no se pudieron ubicar. Este decomiso (un olvido de los narcos en un galpón según la Policía portuguesa) fue el que dio pie la investigación que terminó en Carbón Blanco en 2012. En este caso Salvatore quedó comprometido luego de que se secuestrara en su estudio la copia de una imagen cuya leyenda al pie decía “carga sospechosa”. Un bien nutrido grupo de funcionarios aduaneros ya fue indagado bajo la sospecha de que cobraron coimas para dejar pasar la droga rumbo a Europa.

Calculadora en mano estos cargamentos de cocaína cotizan unos 150 millones de euros en el mercado europeo. Claro que Salvatore niega rotundamente tener algo que ver con esa droga. “Yo solo defiendo narcos, soy abogado”, repite y jura que es muy bueno en su trabajo: “A los cinco años ya sabía leer y escribir. A los 10 terminé la primaria ya los 16 la secundaria”, se jacta por teléfono. A pocos metros de él, pared de por medio, tres penitenciarios musculosos lo custodian día y noche. Nadie lo subestima.

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