Las penas las dictaron los jueces Beatriz Caballero de Barabani, Jorge Venegas Echague y Omar Degerónimo
Aldo "Totola" Orozco es para
muchos habitantes de Firmat sinónimo del tráfico de drogas en la zona. Ayer esa
difundida valoración quedó en correspondencia con el veredicto del Tribunal
Federal Oral 2 de Rosario que lo condenó a seis años de prisión por transporte
de estupefacientes con fines de comercio. La disposición alcanzó a otras cinco
personas acusadas de integrar su organización. Todos habían llegado a juicio
por tres hechos de 2012.
El tribunal correspondió así al pedido de
pena hecho por el fiscal Federico Reynares Solari en los alegatos. El más
debatido de los tres incidentes juzgados ocurrió el 27 de junio de 2012 cuando
la Brigada Operativa de Drogas Peligrosas comandada por el comisario Alejandro
Druetta secuestró 4 kilos de marihuana y cocaína en un Citroën Berlingo. Allí
estaban Orozco, Daniel Riera, Fernando Bermaz y Juan Martínez a quienes, según
el parte oficial, les secuestraron la droga. Los policías acusaron también a dos
abogados que llegaron al lugar por tener un arma y resistir su arresto.
Otro de los hechos
ocurrió con la detención de un Peugeot 307 en Presidente Perón al 7700 de
Rosario en el que se hallaron 10,4 kilos de cocaína, el 17 de junio de 2012.
Allí fueron apresados Juan Martínez, Enrique Savi y Marcos Carlos López. El
tercer episodio fue un allanamiento, el 18 de julio de 2012, en Pasaje 902
Consorcio 6 de Firmat donde fue arrestada Luciana Arrondo y se hallaron 2,8
kilos de cocaína.
Además de Orozco, que fue
declarado reincidente por una condena previa, también recibió 6 años Juan
Martínez. A Riera, Bermaz y López les impusieron 5 años de prisión.
Solamente en dos casos
hubo diferencias con lo que solicitó el fiscal. En el de Luciana Arrondo, donde
el pedido había sido de 4 años de pena y el tribunal resolvió dos años. Se
trata de la mujer de Juan Martínez de quien, para el momento en que se allanó
el departamento de Firmat, según la defensa estaba divorciada, nunca había sido
acusada de un delito ni nada la vinculaba en la cadena de tráfico de drogas.
Sólo estaba, para el defensor, en la casa donde se halló el estupefaciente. A
Enrique Savi, en tanto, remisero del auto en el que se encontró la droga en la
zona oeste rosarina, los magistrados lo absolvieron.
Controversias. El
tribunal integrado por Beatriz Caballero de Barabani, Jorge Venegas Echagüe y
Omar Digerónimo dará a conocer los fundamentos de las sentencias la semana que
viene. Allí habrán de establecerse dos puntos de importante controversia.
En ese sentido, los
defensores denunciaron el miércoles que el juicio no tiene sustento porque no
era posible establecer con certeza que se hubiera secuestrado droga. El
defensor de Orozco, Ariel Merlini, señaló que en la foja 1.184 del expediente
consta que el laboratorio bioquímico indica que por el deterioro del aparato
respectivo no se pudo determinar la proporción de material estupefaciente de la
sustancia recibida como droga. Y para definir qué es droga hay que establecer
la cantidad mínima de toxicidad de la sustancia, lo que se llama dosis umbral.
Y, además, la prueba no pudo repetirse porque el tribunal de instrucción ordenó
incinerar los paquetes con la droga incautada.
Los defensores dijeron
que sin cuerpo del delito no puede haber delito y pidieron absoluciones. Pero
el fiscal había advertido con anterioridad que los tóxicos incautados eran
estupefacientes según lo probado en otras fojas del expediente. "Si la
defensa entendió otra cosa debió probarlo antes", dijo.
El otro rasgo polémico se
plasmó desde el inicio. Se trató de la discusión por el primero de los hechos,
cuando Orozco fue apresado junto a Martínez, Bermaz y Riera en Firmat. Según el
acta policial tenían 4 kilos de droga. Los agentes señalaron que cuando
quisieron requisarlos los cuatro se encerraron en el auto y convocaron por
teléfono a sus abogados. Cuando estos llegaron, dijeron, uno de ellos agredió a
golpes al jefe del operativo y portaba una pistola que se le cayó. Desde el
primer momento todos hablaron de una acusación inventada y los letrados
señalaron como delirante que hayan golpeado a policías armados después de haber
pasado tres perímetros con efectivos de custodia.
Los policías sostuvieron
sus posiciones. Alejandro Druetta señaló haber encontrado droga en el Citroën
Berlingo y los acusados señalaron que se las habían plantado. Pero con
sagacidad, el fiscal desmontó ese planteo. Leyó las declaraciones de los cuatro
hombres que estaban en el auto y dejó en claro que cada uno le echó la culpa de
plantar la sustancia a un policía distinto. Esas diferencias redundaban en la
validez del acta de Drogas Peligrosas.
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