27 de octubre de 2016

Córdoba: la cruda carta del cura que lucha a diario contra el paco: "Seguimos contando muertos en esta batalla"

Mario Oberlín, el cura que lucha contra el paco en Córdoba

Por Gabriela Origlia (La Nación)

"Seguimos contando muertos en esta batalla (.). Y hoy la muerte conquistó la vida de otro de nuestros changos. Una vez más, no sé ni siquiera qué quisiera reclamar". La frase está en el Facebook de Mariano Oberlín, el cura de barrio Maldonado de esta ciudad; el primero en denunciar que el paco hace estragos en las zonas más vulnerables; el que protege a las madres que amenazan los que venden drogas.

En su muro -donde siempre cuenta el día a día del barrio y del trabajo que hace allí- relata: "Nos acercamos a él hasta donde pudimos, y no alcanzó. Le acercamos algo de comida los días que pudimos, pero no alcanzó. Lo acercamos al consultorio médico que tenemos, desde el cual el doctor lo derivó al hospital para que sea internado con la urgencia que pudimos, pero no alcanzó".

La enumeración le duele a él y a todos. "En el hospital se lo atendió lo mejor que se pudo, pero no alcanzó. No alcanzó nada: ni lo que hizo su familia por él, ni lo que hicimos nosotros, ni lo que hizo el Estado. Como no les alcanzó la plata ni la vida de tantos otros a los mercaderes de la muerte que le vendían el paco. Y quién sabe cuántas vidas más se llevará el insaciable paco".

Oberlín está hace seis años en la parroquia Crucifixión del Señor en la Seccional Quinta de esta ciudad, en el límite entre los barrios Müller y Maldonado, una zona roja con presencia de kioscos que venden drogas, cocinas y bandas que se disputan el negocio.

A fines de agosto, cuando presentó el plan "Paco cero", el presidente Mauricio Macri lo mencionó como un ejemplo de la lucha contra la droga.

Hoy, en su Facebook, el sacerdote recuerda lo que le decía alguien hacía un tiempo "qué más quiere este cura???!!!!'. Y yo lo entiendo. A veces ni yo sé qué más quiero. Con suerte por momentos apenas sé lo que menos quiero... y lo que menos quiero en este momento es que la muerte sinsentido se siga comiendo el sentido de tantas vidas".

También señala que, cada vez que usa la red social, "alguien se molesta. Y realmente no es esa mi intención. Ni mucho menos desmerecer el trabajo que otros hacen. Ni tampoco pretender tener las respuestas a todas las problemáticas de las que hablo".

"Y aunque muchas veces soy crítico con los distintos estratos estatales, también intento reconocer lo que considero bueno -agrega-. Y en ese sentido debo resaltar muchos modos de presencia que se han venido desarrollando en estos años. Y esto también es motivo de molestia para otros. Si reclamo se enojan unos, si agradezco se enojan otros".

En mayo, después de una nota de La Nación con madres del paco cordobesas, el cura salió a protegerlas por las amenazas que recibieron. El obispo de Córdoba, Carlos Ñañez, y decenas de sacerdotes compartieron con él una misa avalando su accionar.

Oberlin insiste ante La Nación que le importan poco las reacciones; repite lo que escribió en su muro, la angustia que le genera "la muerte cuando coquetea con la vida de nuestros changos y changas".

El muchacho que murió tenía poco más de 20 años; hace una semana ingresó al hospital con 39 kilos, "consumido" por el paco. Iba a la "casita" de Oberlin a comer, recibía ayudada, pero no podía terminar de cortar.

No hay comentarios: