La frontera caliente entre Argentina y Bolivia
El vínculo entre el narcotráfico y la
política no es el único problema que tiene esta ciudad de 30.000 habitantes,
que no tiene industria y vive del comercio, tanto legal como ilegal. Hay un
drama silencioso que destruye familias: niños y adolescentes que se crían sin
padres, casi sin contención, que son presa fácil del narcotráfico y son
detenidos acusados de ser "mulas".
"Tenemos varios casos de alumnos que
tienen o tuvieron a sus padres presos. Trabajamos mucho para inculcarles a los
estudiantes que deben cambiar para bien el rumbo de sus vidas. Pero si no hay
un política seria de trabajo, la situación no va a cambiar", explicó a LA
NACION Claudia Casas, docente y directora de la Escuela de Comercio Antártida
Argentina, donde estudian unos 1300 alumnos.
En Salvador Mazza no hay industria. Se vive
del comercio o del trabajo en la administración pública (salud, educación o
fuerzas de seguridad).
"La dimensión del crecimiento del
narcotráfico se observar en el poder corruptor que tiene", dijo a LA
NACION un funcionario judicial. Desde la investigación que involucra a los
ahora ex ediles, los políticos de esta ciudad quieren demostrar que no todos
están vinculados con el tráfico de drogas.
"Nunca pasó por mi cabeza presentar la
renuncia. Queremos que se esclarezca todo y que no haya impunidad para nadie.
Hay ambiciones que llevan por el mal camino", sostuvo a LA NACION el
intendente de Salvador Mazza, Rubén Méndez, que ante el escándalo había dejado
sus funciones para tomar una licencia médica y que ahora volvió a la
intendencia. El jefe comunal, cabe recordar, ganó los últimas elecciones por el
Frente para la Victoria, pero ahora dice que sólo representa al Partido
Justicialista (PJ):
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