El fiscal Abel Córdoba
Por Gabriela Origlia (La Nación)
El fiscal especializado en narcotráfico y
delitos complejos, Abel Córdoba, llegará desde Buenos Aires para acusar a seis
policías involucrados en el llamado "narcoescándalo" en el juicio que
comienza mañana. Lo secundará el fiscal cordobés Enrique Senestrari, instructor
de la causa. En el banquillo estarán el comisario Rafael Sosa, ex director de
Lucha contra el Narcotráfico, y otros cinco efectivos que llevan tres años
detenidos.
El fiscal Córdoba -de larga militancia en
el área de derechos humanos- fue el primer titular la Unidad Fiscal de Litigio
Oral Estratégico, creada por la procuradora general de la Nación, Alejandra
Gils Carbó, para actuar en juicios orales "de relevancia institucional en
que hayan tomado intervención las procuradurías y [cuando] el fiscal del caso
así lo requiera".
Quien no estará frente al Tribunal Oral
Federal N° 2 es Juan "el Francés" Viarnes, el soplón que trabajaba
para la policía y que finalmente denunció al grupo antidrogas. Está prófugo
desde agosto de 2014 y tiene una orden de captura internacional, aunque se
presume que podría haber sido asesinado por la narcobanda rosarina Los Monos.
Hace tres años Viarnes acusó a la cúpula de
la policía cordobesa de tener relaciones con narcos. Abrió, así, el escándalo
de corrupción más importante en la historia de la fuerza local, que terminó con
la caída de parte de la estructura de Drogas Peligrosas.
Los policías están acusados de los delitos
de asociación ilícita, violación de los deberes de funcionario público,
falsedad ideológica y privación ilegítima de la libertad; esto último, por
supuestas detenciones ilegales.
Además de Sosa, están acusados el ex
comisario Alfredo Saine y, los oficiales Gustavo Julio González, Mario Enrique
Osorio, Franco Argüello y Fabián Peralta Dátoli.
El "narcoescándalo" tiene causas
paralelas que se mencionarán a lo largo del juicio: las investigaciones de las
muertes del agente Juan Alós y la del supuesto narco Dante "el
Colorado" Leal. Del primero se encontró su cadáver en su auto poco tiempo
después que estallaron las denuncias. Aunque su viuda insiste en que lo
asesinaron, para la justicia provincial fue un suicidio. De estar con vida,
sería uno de los imputados.
Leal fue asesinado a balazos hace dos años
en un presunto ajuste de cuentas, tenía una condena por drogas y era un testigo
clave en el caso. Antes de su muerte había sido víctima de un
"narcosecuestro" y sus captores exigieron un rescate de 20.000 pesos.
Una
banda organizada
Según Senestrari, los policías armaron una
estructura con roles claros para delinquir. Usaban droga secuestrada para
"plantársela" a sospechosos, se valían de datos falsos en los
sumarios, mentían a la Justicia e incluso falsificaban dólares.
Precisamente esos billetes fueron la clave
cuando Viarnes los acusó. Al "Francés" lo habían denunciado
vendedores de autos porque había pagado con dinero apócrifo. Cuando le
allanaron la casa encontraron US$ 350.000 adulterados; declaró que eran de un
narcotraficante y que el monto era una parte del millón de dólares que los
agentes antidrogas se habían robado.
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