Personal femenino de Gendarmería Nacional traslada a Carla Sánchez, detenida en un country de Tucumán
Por Fernando López (La Nación)
La presencia de los
gendarmes rompió la habitual calma con la que transcurren los mediodías en el
interior del country Casa de Campo, en la vecina ciudad de Yerba Buena.
En ese exclusivo barrio
privado, situado sobre calle Mendoza al 2200, residía desde hace algunos meses
una mujer identificada como Carla Sánchez, sindicada como líder de una banda de
narcotraficantes que operaba en el norte argentino.
En un operativo ordenado
por el juez federal de Santiago del Estero, Santiago Molinari, efectivos de la
Gendarmería Nacional lograron detener a la sospechosa.
En forma simultánea,
efectivos de la misma fuerza de seguridad realizaron allanamientos en la ciudad
de Concepción, 80
kilómetros al sur de esta capital, donde se detuvo a
otro hombre, cuyos datos no trascendieron, que también formaría parte de la
misma organización criminal.
El operativo también se
extendió a la ciudad de Las Talitas, vecina a San Miguel de Tucumán, donde
buscaban a un tercer sospechoso que está prófugo, aunque no se lograron
resultados positivos.
Según confiaron fuentes
de la investigación, Sánchez y los otros sospechosos se habían fugado en junio
durante un procedimiento en el que se secuestraron más de 900 kilos de picadura
de marihuana.
En el caso de la mujer,
quien es oriunda de Tucumán, pero hasta hace unos meses trabajó en un comercio
del centro de la capital santiagueña, tiene tres causas abiertas en la justicia
federal con asiento en Santiago del Estero y había un pedido de captura en su
contra.
El operativo ordenado por
el juez Molinari se realizó de manera sorpresiva y, según confiaron a LA NACION
fuentes judiciales, ni siquiera estaba al tanto de los allanamientos el juez
federal de Tucumán Daniel Bejas.
Sánchez y el otro
sospechoso se habían fugado de un procedimiento concretado durante la madrugada
del 12 de junio último, donde se secuestró un cargamento de más de 900 kilogramos de
marihuana, en el que fue considerado como uno de los golpes al narcotráfico más
importantes realizados en esa provincia.
El operativo tuvo lugar
sobre la ruta provincial 130, entre las localidades santiagueñas de Pozo Hondo
e Isca Yacu, en el departamento Jiménez, cerca del límite con Tucumán. En esa
oportunidad, efectivos de la Gendarmería Nacional y de la Dirección de Drogas
Peligrosas, entre otras dependencias policiales, habían logrado detener a tres
sujetos, todos mayores de edad, oriundos de la capital tucumana, que llevaban
la droga.
Por su parte, otros tres
sospechosos, entre ellos Sánchez, quien es apuntada como líder de la banda,
lograron darse a la fuga por el monte. Del procedimiento habían participado el
propio juez Molinari y el comisario general Marcelo Pato, jefe de policía de
Santiago del Estero.
El cargamento de droga
fue valuado en más de $ 2,7 millones de pesos y, según estimaciones judiciales,
iba a ser distribuido en las provincias del noroeste.
La picadura de marihuana
estaba distribuida en unos 1200 ladrillos perfectamente compactados y
embalados, los que eran trasladados ocultos en dos automóviles de alta gama: un
Peugeot 408 de color gris y un Renault Fluence de color champagne.
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