La presentación de los elementos secuestrados en una de las cocinas de drogas
Por Cecilia Di Lodovico (Perfil)
“Martínez Espinoza Juan Jesús o Preciado
Espinoza Juan Jesús s/ inf. ley 23.737 y 22.415” . La carátula de la
causa que develó en 2008 la existencia de una cocina de metanfetaminas en
Ingeniero Maschwitz aún no pudo establecer el verdadero nombre del sindicado
jefe del Cartel de Sinaloa. Con cinco pasaportes en su poder, Martínez Espinoza
logró establecerse en el país y convertirse en uno de los contrabandistas de
precursores más importantes del país. La jueza Sandra Arroyo Salgado continuó
la investigación del juez federal de Campana, Federico Faggionatto Márquez,
quien desbarató la organización y cuyas ramificaciones alcanzaron al rosarino
Mario Segovia, conocido “rey de la efredina” y que se cruzaron con
el triple crimen de General Rodríguez.
Desde 2010 a la actualidad, 47
personas fueron condenadas en el país por facilitar precursores químicos a una
docena de bandas narco. Se trata de farmacéuticos y empresarios de la industria
química inscriptos legalmente para comercializar químicos, pero que utilizaron
la habilitación de la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar)
para desviar lotes enteros a organizaciones criminales. Las penas varían desde
los 14 años de prisión al retiro de personería jurídica y cancelación de su
inscripción ante el Registro Público de Comercio, según sea probada la
participación del facilitador. En el mercado negro el precio de los precursores
superan por mucho al del mercado legal y el tráfico más importante es el de
efedrina debido a su productividad: con un litro, se puede obtener 0,70 de
metanfetaminas, una dosis con la que se logra fabricar una gran cantidad de
pastillas de éxtasis. En cambio, un kilo de cocaína necesita diez litros de
solvente, entre otras sustancias.
Los hermanos Guillermo y Héctor Salomón,
dueños de una farmacia en Liniers, fueron sentenciados en 2010 a 4 años de
prisión.
En 2012, Segovia y el mexicano fueron
condenados a 14 años de prisión junto a Ricardo Martínez, Horacio Quiroga,
Rubén Galvarini, Walter Garrido, Pedro Díaz Cavero, Gonzalo Ortega y Gisela
Itatí Ortega, pareja de Segovia, Jorge Gómez, Maximiliano Iñurrutegui y Angela
Colangelo. El grupo estaba encargados de facilitar, entre otras tareas, las
sustancias para fabricar éxtasis, una función vital en una organización narco:
los precursores químicos son, en definitiva, la materia prima necesaria de casi
todas las drogas ilícitas.
Ese mismo año, el empresario santafesino
Juan Bergallo, dueño de la droguería B+B, recibió 6 años y seis meses de cárcel
por facilitar éter a la banda de los bolivianos Nene Willams Márquez y Eligio
Saldaña, abocados a la cocaína.
‘Operador de Néstor’. Los empresarios
Guillermo Manfedri, Alberto “el Negro” López y Alfredo Abraham, y los farmacéuticos Víctor Wendling Duarte y Raúl
Cores fueron condenados en 2014 por desviar, entre 2005 y 2008, más de 15
toneladas de efedrina para la fabricación de metanfetaminas por lo que son
considerados los principales contrabandistas de esa sustancia. El caso tomó
relevancia por la cercanía de Abraham con la Casa Rosada y el nexo de López con
el caso Skanska y porque se presentaba como “operador de Néstor”. Estos nombres
vuelven a tener relevancia en la investigación en la que está involucrado el ex
titular del Sedronar José Granero y su colaborador, Miguel Zacarías quien
registra numerosas comunicaciones con Balcarce 50 y es vinculado a la familia
Kirchner.
Este año, Daniel Chiappetta, un empleado
infiel de una química que robaba los precursores, Ariel Sifredo y Leandro
Torres fueron condenados a 4, 5 y 6 años de prisión. Pero las penas de los
empleados Fabián Molina, Luis Llano y Enrique Delgado son los nombres que
llevan a otra de las organizaciones narcos más importantes que funcionó en el
país presuntamente liderada por el colombiano Argemiro Sierra Pastrana.
“El rey de la efedrina” y de la ostentación
En noviembre de 2008, tras el
descubrimiento de una cocina de metanfetaminas en Escobar y la detención del
mexicano Martínez Espinoza, una delegación compuesta por cincuenta hombres de
la ex SIDE y de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas
llegó a una mansión del barrio Fisherton de Rosario, bajo las órdenes del juez
Faggionato Márquez. En la morada del mayor proveedor de efedrina, los agentes
hallaron diez armas, entre las que se contaba un calibre 1270, otro punto
cuarenta y una Magnum, cuatro lingotes de oro, 275 mil euros, US$ 70 mil, 3.500 libras esterlinas y tres relojes Rolex,
estos últimos, guardados en una valija.
“El rey de la efedrina” era conocido por su
ostentación. Paseaba en su Rolls Roys Phantom y su camioneta Hummer por las
calles de Rosario sin importarle que su ascenso meteórico podría llamar la
atención de la Justicia. Antes de la efedrina era un mozo que iba a trabajar en
bicicleta.
Segovia fue detenido en el Aeroparque
cuando estaba por viajar a la Triple Frontera. Fue condenado a 14 años de
prisión por ser el mayor provedor de efedrina a un cartel mexicano instalado en
el país.
Un vacío legal
En la edición del domingo pasado, PERFIL
reveló que los miembros de la banda de los ‘Breaking Bad’ fueron liberados
debido a que la sustancia que les fue incautada no estaba en la lista de la
Sedronar. La Procunar y el Juzgado de Sergio Torres intentan que, al menos,
sean penados por violar el artículo 201. El temor reside en que los fabricantes
de las drogas de diseño pueden variar un componente y, pese a comercializar
sustancias psicoactivas, no pueden encarcelarlos por escapar a la normativa con
ese simple cambio.
Si bien no está acreditada la existencia de
otra cocina de metanfetaminas desde Maschwitz, la sustancia sería traficada
desde Chile y Europa y las bandas dan el toque final a las pastillas. Este
también sería el caso de la banda desbaratada hace dos semanas. El caso tiene
32 detenidos, entre ellos, un farmacéutico.
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