El fiscal federal Martín Suárez Faisal
Por Sergio M. Naymark (La Capital, Rosario)
Por ser "autor de los delitos de
encubrimiento triplemente agravado, por haber actuado con ánimo de lucro y ser
funcionario público; por incumplir sus deberes; por incumplir con su obligación
de promover la persecución y represión de delincuentes; todo ello en concurso
real con el delito de coacciones", el fiscal federal Martín Suárez Faisal pidió
ocho años de prisión al ex jefe de la policía santafesina Hugo Damián Tognoli.
Además exigió que pague una multa de 90 mil pesos y se lo inhabilite por 10
años. Fue en la novena jornada del juicio oral que se le sigue al alto oficial,
a otros dos policías que dependían de él en la Dirección de Prevención y
Control de Adicciones (DGPCA), a un supuesto narcotraficante y a un dealer ante
el Tribunal Oral Federal de Santa Fe.
Durante 100 minutos, el fiscal alegó sin
apartarse de lo que fue la requisitoria de elevación a juicio de la causa que
tiene como principal imputado a Tognoli y también acusados a Daniel "El
Tuerto" Mendoza, para quien pidió 8 años de cárcel y una multa de 15 mil
pesos por fabricación y comercio de drogas y coacciones; al comisario José Luis
Baella, para quien exigió 7 años de prisión, una multa de 90 mil pesos e
inhabilitación para cargos púbicos por diez años bajo la misma acusación hecha
a Tognoli; al albañil Fernando Norberto Torres, para quien pidió 4 años y una
multa de 4 mil pesos por transporte de drogas; y el sargento Mauricio Santiago
Otaduy, para quien exigió una pena de 3 años de prisión efectiva por
coacciones.
En su alegato, Suárez Faisal estableció un
ordenamiento de doce puntos para sostener la acusación.
Oídos
sordos
El fiscal dio por probada la conducta
omisiva de Tognoli hacia las denuncias de la titular de la ONG Madres
Solidarias Norma Castaño, a quien según su alegato recibió entre 2008 y 2010
distintas veces en su despacho. Y remarcó que cuando Tognoli no la escuchó
presentó esas denuncias a fiscales y al ministro de Seguridad, Raúl Lamberto.
Además sostuvo que la testigo María Silva, quien dijo acompañar a Castaño más
de una vez, "fue inconsistente en su declaración quizás influida por algún
rencor" contra su ex amiga.
Zona
liberada
"Mientras Tognoli y Baella estuvieron
en Drogas jamás allanaron a Mendoza", dijo el fiscal. Y refirió la
declaración de la ex concubina del Tuerto, Sandra Miranda, que dijo que su
pareja recibía asiduamente a policías y subía a autos oficiales. También
resaltó lo dicho por el testigo de identidad reservada que comentó cómo operaba
Baella con Mendoza, cuánta droga movían por semana, cuánto dinero les retribuía
y que todo eso se podía hacer porque venía "de parte de la corona",
como supuestamente se denominaba a Tognoli.
Para el fiscal, si no hubiese tenido
protección policial para fabricar y traficar drogas, Mendoza no podría haber
pasado de una casa sencilla y una moto a alquilar una lujosa quinta y tener
varios vehículos de alta gama. Y eso no podían desconocerlo en la ex Drogas,
dijo Faisal.
El acusador también insistió con el
hallazgo, en la casa de Mendoza, de una baliza azul similar a la usada por la
policía en autos civiles. Para el fiscal eso demuestra un vínculo entre El
Tuerto y la fuerza, más allá de que ese tipo de elementos se adquiere por pocos
pesos vía internet.
Otro indicio que esgrimió fue que el auto
de la DGPCA que usaba Baella fue visto frente a la casa de Mendoza y además
policías de Asuntos Internos vieron subir al supuesto narco al mismo vehículo.
También se vio ese auto siguiendo a Mendoza desde el macrocentro santafesino
hasta la casa de Castaño el día que Otaduy filmó el video en el cual Mendoza y
Castaño se encuentran frente a la casa de la mujer supuestamente en el acto de
coacción para que ésta retire las denuncias contra Tognoli. En este sentido,
Faisal afirmó que "hubo una concertación criminal para sacar del medio a
Castaño y que el encubrimiento a Mendoza pudiera seguir".
Conocido
Para el fiscal no hay dudas de que Mendoza
era un delincuente conocido en Santa Fe. Con causas por robo, había purgado una
condena por trata de personas y sólo lo allanaron cuando Baella y Tognoli ya no
estaban en la DGPCA. Incluso, dijo el fiscal, cuando Asuntos Internos le pidió
a Tognoli un informe para saber si lo investigaban, "Tognoli lo
obvió".
Suárez Faisal no dudó de la relación
estrecha entre Tognoli y Baella, a quien "nombró subjefe de
Inteligencia" de la DGPCA y cuando llegó a la jefatura provincial lo
designó jefe de Delitos Complejos de la UR XV. En ese marco, el fiscal se
preguntó por qué la noche en que hubo una protesta vecinal en Angel Gallardo a
la que fueron todos los altos jefes de la policía santafesina, Tognoli mandó a
llamar a Baella que era subjefe de Inteligencia de Drogas y no convocó al
director o al subdirector de esa repartición. Y concluyó que fue porque sólo
confiaba en Baella, con quien "tenía un grado de complicidad
criminal".
Suárez Faisal también recordó que la ex
Drogas Peligrosas tenía una sección para control de sus efectivos que Tognoli
nunca hizo funcionar. Al respecto, el acusado explicó que en 2006, cuando pasó
a ser DGPCA, ese reglamento dejó de regir. No obstante, para el fiscal era
imposible que Tognoli no supiera lo que pasaba en Drogas ya que el reglamento
dice que "Inteligencia debe poner en conocimiento del director todo lo que
se investigue para que éste disponga cómo deben seguir" las pesquisas,
algo desmentido por todos los testigos policiales.
Confesión
Finalmente el fiscal dijo que lo que se
juzga no es un caso aislado. "Esto no pasó sólo durante la presencia de
Tognoli sino antes y después. Y hay que recordar que Tognoli tiene un
procesamiento firme en la Justicia federal de Rosario, donde las bandas
narcocriminales crecieron a partir de su gestión". Y fue el mismo Tognoli,
dijo el fiscal, "quien al declarar preguntó ¿soy el único culpable? Y eso
es parte de su confesión. Acá hubo irregularidades que permitieron a Baella y
Tognoli realizar sus actividades criminales".
También el fiscal aludió a la "teoría
de la autoría mediata del superior" para sostener la culpabilidad de
Tognoli en las coacciones. "En las estructuras piramidales como la policía
domina la voluntad de un hombre que está arriba, son los autores de escritorio
que disponen de la organización y plasman una cadena de mandos donde la
responsabilidad es mayor según el cargo que se ostenta. Por eso, no son sólo
culpables los autores materiales sino también quienes les dan las
órdenes".
Entre el lunes y el martes se oirán los
alegatos de las defensas. Después habrá que ver si el Tribunal emite su fallo o
si lo hace luego de las elecciones. En tanto, ayer las caras de los defensores
tras la audiencia no eran las mejores.
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