27 de octubre de 2015

Dos nuevos crímenes con el sello narco en Rosario

Vista del barrio Las Flores, en Rosario

Por Germán de los Santos (La Nación)

Otra madrugada violenta sacudió Rosario, donde se produjeron dos crímenes que estarían vinculados a venganzas por tramas ligadas al narcotráfico. Durante los últimos tres días se produjeron cinco homicidios, que en lo que va del año totalizan 179.

El primer hecho sangriento se produjo en el Pasaje 1752 y 1741, en el barrio Antártida Argentina, donde Gustavo Sosa, de 23 años, fue asesinado de un disparo en el cráneo por un grupo de jóvenes que se movían por esa zona del sudoeste rosarino en un auto color blanco con los vidrios polarizados.

El otro asesinato con tintes mafiosos se cometió en Conscripto Bernardi al 6100, en el barrio Las Flores, zona que domina la banda de los Monos. En la puerta de su casa fue acribillado Miguel Ángel Soloastro, de 20 años, por dos jóvenes que se trasladaban en una moto. Según las fuentes policiales consultadas por LA NACIÓN, las fuerzas de seguridad incautaron en la escena del crimen una docena de vainas servidas de calibre 9 milímetros. De acuerdo a las fuentes, dos jóvenes sospechosos de este asesinato están siendo buscados, que serían "Diablito", también apodado Satanás", y "Javito", quienes serían sicarios de la Banda de Los Monos.

Javito está sospechado de ser uno de los autores del crimen de Luis Bassi, padre de Pollo, en Villa Gobernador Gálvez el 22 de octubre de 2014. En esa esquina donde fue acribillado este hombre de 63 años también fue el escenario de los crímenes de dos de sus hijos, Leonardo y Maximiliano, el 31 de diciembre de 2013 y el 12 de febrero de 2014, respectivamente.

La semana pasada fue arrojada una granada al patio del pabellón de aislamiento del penal de Coronda, donde están detenidos Milton Damario y Luis Pollo Bassi, procesados por el crimen del líder de la banda de los Monos Claudio Pájaro Cantero.

No se determinó aún si el explosivo FMK2, de fabricación nacional, que no contaba con el tren de fuego, fue lanzado por un preso o por alguien fuera de la Unidad Penitenciaria de Coronda. La principal hipótesis es que este hecho se trató de un mensaje mafioso dirigido contra la banda de Bassi, enemiga de los Monos.

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