Patricia Valdi, hermana de la víctima
Por Gabriel Di Nicola (La Nación)
Marelo Valdi había
aportado datos valiosos en una fiscalía de Lomas de Zamora en una causa donde
se puso en la mira a una banda de secuestradores integrada por policías
bonaerenses. No era la primera vez que sus investigaciones, que hacía por
cuenta propia, se incorporaban a expedientes judiciales. El hombre, vecino de
Adrogué, en Almirante Brown, tenía una cruzada contra las drogas, el
narcotráfico y la corrupción policial. Luchó e investigó hasta que lo callaron:
lo prendieron fuego en la calle y, luego de agonizar, murió. Once años después,
el brutal homicidio está impune. Ni los asesinos materiales ni los
intelectuales fueron descubiertos.
"Los fiscales no
quisieron avanzar con la investigación por miedo o por presiones políticas.
Desde el vamos todo se hizo mal para embarrar la causa", sostuvo a LA
NACION Patricia Valdi, hermana de la víctima, que se resiste a no saber qué
pasó con su hermano.
No tiene pruebas, pero
Patricia está convencida de que detrás del homicidio de su hermano podría estar
la corrupción de la policía bonaerense y del poder político.
El pasado 12 de
septiembre, día del aniversario del ataque que sufrió Valdi, que tenía 50 años,
su hermana y su madre, Leonor Estefanía de Valdi, participaron de una misa en
la iglesia de San Gabriel Arcángel, en Adrogué. En la ceremonia, el sacerdote
Héctor Laffeuillade pidió rezar para que se haga justicia.
La causa por el homicidio
de Valdi no fue archivada. Sigue abierta. Pero no hay imputados. Tampoco
sospechosos. Es investigada por Héctor Toneguzzo de la Unidad Funcional de
Instrucción (UFI) N° 4 de Lomas de Zamora, que en septiembre de 2004, junto con
su colega Ricardo Bruzzone, fue hasta la clínica de Merlo donde la víctima
estuvo internada hasta su muerte.
"Valdi hizo un
relato de cómo fue el ataque, pero cuando se le preguntaron datos para poder
identificar a los agresores, sólo dijo que cuando saliera de la clínica los iba
a ir a buscar", sostuvo una fuente judicial.
Los voceros judiciales
descartaron que el fiscal Toneguzzo haya recibido presiones políticas que
imposibilitaron avanzar en la investigación del homicidio. "Se hizo todo
lo que se pudo", agregaron.
Valorado por los fiscales
La causa en la que Valdi
aportó datos que permitieron llevar a juicio a la banda de secuestradores
integrada por policías bonaerenses de la Dirección Departamental de
Investigaciones (DDI) de Esteban Echeverría la instruyó el fiscal Lorenzo
Latorre, de la UFI N° 4 de Lomas de Zamora.
El representante del
Ministerio Público siempre se interesó por el expediente donde se investigó el
ataque y homicidio de Valdi, y valoraba mucho la información que le entregó la
víctima.
En sus 50 años de vida,
Valdi trabajó en la desaparecida empresa Entel, en la compañía Sami Salud, tuvo
un pet shop y una agencia de remises, y también trabajó en el Ministerio de
Justicia de la Nación cuando el fallecido dirigente radical Melchor Cruchaga se
desempeñó como viceministro durante la presidencia de Fernando de la Rúa.
"Mi hermano estaba
obsesionado con el tema del narcotráfico. Era su cruzada. Quería ayudar y
evitar que la gente cayera en las drogas. En un momento comenzó a investigar
por su cuenta. Era muy reservado respecto a sus investigaciones", agregó la
hermana de la víctima.
El ataque a Valdi ocurrió
a las 23.20 del 12 de septiembre de 2004, a sólo 150 metros de la casa
donde vivía con su madre y su hermana. Lo prendieron fuego cuando salió a
comprar cigarrillos.
"Cuando llegué él
todavía estaba consciente. Yo le llegué a decir que todo había pasado por las
investigaciones que hacía. Sólo me respondió: «Cállate la boca». Antes de
morir, cuando estaba internado, contó que se le cruzó un hombre encapuchado y
le dijo: «Metiste la nariz donde no debías. Ahora vas a saber lo que es el olor
a carne quemada». Lo rociaron con un combustible y lo prendieron fuego",
recordó, dolida, Valdi.
"Nunca intentaron
saber qué pasó. Lo poco que se hizo en la causa se hizo mal. Mi sensación es
que no hicieron nada por investigar. Después de 11 años sin resultados, sólo
hago responsable a la Justicia por no avanzar en la causa. Lo único que quiero
es llegar a la verdad", afirmó Patricia mientras miraba una de las últimas
fotografías de su hermano.
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