El mapa muestra la zona donde fue detenida la narco peruana
Por Federico Fahsbender (Infobae)
Dijo que "iba al medico". Pero el
policía que la oyó no le creyó demasiado. La explicación no fue suficiente. El
martes 29 de septiembre a las 17:30 en la esquina de Acosta y Eva Perón, pleno
Flores, A.P.P, una mujer de nacionalidad peruana de 41 años, fue detenida a
bordo de un Ford Fiesta por la división Sustracción de Automotores de la
Policía Federal junto a otros dos hombres de 27 y 33 años, también peruanos.
Los tres terminaron en una celda de la Comisaría No. 40.
La chapa trasera del auto, distinta a las
que provee el Registro automotor, fue lo primero que llamó la atención de los
oficiales. El número de dominio no tenían problemas, el de motor y chasis sí:
el auto tenía un pedido de secuestro luego de ser denunciado como robado a
comienzos de agosto. Los ocupantes presentaron también cédula verde y tarjeta
de seguro, totalmente falsas. Pero lo que A.P.P tuvo problemas en explicar,
según información policial a la que accedió Infobae, era la pulsera magnética
del Servicio Penitenciario Bonaerense en uno de sus tobillos.
A.P.P había sido condenada por un delito de
narcotráfico y había cumplido cuatro años en el penal de Magdalena.
Eventualmente, accedió al beneficio de la prisión domiciliaria: fijó domicilio
en el pasaje León Pinelo, cerca de donde fue detenida. Su alejamiento había
aparecido en los sistemas del SPB: su detención fue un hecho fortuito.
La causa recayó en el escritorio del juez
federal Ariel Lijo en Comodoro Py, bajo la carátula de "encubrimiento y
falsificación de documento público". Quienes acompañaban a A.P.P
recuperarán la libertad en pocas horas, estiman fuentes cercanas al
procedimiento. Pero la mujer, no. Se espera que el juez Lijo libre un nuevo
expediente contra ella por evadirse de prisión, y de que pierda el beneficio
del arresto domiciliario. En ese caso, la pulsera ya no va a ser necesaria.
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