El empresario Patricio Gorosito, durante el juicio que se le siguió por narcotráfico
El empresario Patricio Gorosito, condenado ayer por la Justicia de esta ciudad a 19 años de prisión por integrar una asociación ilícita para el contrabando de cocaína a Europa, también deberá rendir cuentas por sus negocios en el fútbol profesional.
Gorosito está en la mira de los investigadores judiciales tras los 39 allanamientos que se realizaron en marzo pasado en una causa derivada, por lavado de dinero; entre los objetivos del procedimiento se encontraba su casa en Arroyo Seco.
Allí se secuestró una carta que le había enviado el abogado Carlos Salvatore, uno de los líderes de la banda de Carbón Blanco, también condenado ayer, con instrucciones sobre cómo declarar en el expediente.
Lo que se empezó a investigar ahora son las vinculaciones de Gorosito en el universo del fútbol y la posibilidad de que la venta de jugadores haya servido para blanquear dinero del narcotráfico.
"Yo puse la cabeza por (Julio Humberto) Grondona. Él hizo el estadio en Arroyo Seco, donde iba siempre. Estuvo una vez con Joan Laporta", ex presidente del Barcelona, de España. "Cuando pasaba el tren me tenía que subir. ¿Qué querías que hiciera?", afirmó Gorosito en diálogo con LA NACION al inicio del juicio que concluyó ayer. Gorosito admitió haber llegado a manejar "108 jugadores", entre ellos, según él, al uruguayo Víctor Piris Alves (que pasó por varios clubes de primera y del ascenso argentino, y última escala en Barracas Central) y a Germán Denis, actualmente en Italia. "Hay un montón más", dijo.
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