Aumenta el consumo de marihuana entre adolescentes
Por Juan Carlos Mansilla* (Para La Nación)
Son claros los datos
epidemiológicos de la Argentina que muestran cómo el consumo de marihuana es
una práctica ascendente en toda la población argentina. Sin embargo, por
razones de vulnerabilidad psicológica, momento madurativo, procesos de
integración social, impacto en el aprendizaje y seguras consecuencias futuras,
el consumo de cannabis entre adolescentes es donde más debería preocuparnos
esta tendencia.
Según datos nacionales,
entre 2001 y 2014 la prevalencia anual del consumo de cannabis entre
estudiantes secundarios aumentó dramáticamente.
Cuando en 2001 se les
preguntaba a estudiantes secundarios si habían consumido marihuana ese último
año, 3,5 de cada 100 decían que sí. En el sondeo del año pasado respondieron
por la afirmativa casi 12 de cada 100 alumnos. El aumento fue del 340%.
Sin embargo no todas son
noticias negativas en el tema drogas. El consumo de tabaco, por ejemplo, parece
venir en franco retroceso. En 2001 casi 25 adolescentes de cada 100 afirmaban
haber consumido tabaco el último mes. En 2014 fueron 15 de cada 100. Es decir
que la prevalencia mensual respecto de esta sustancia bajó un 40% en estos
últimos 13 años.
No hay ningún estudio que
indique que la baja en el consumo de tabaco se haya desplazado automáticamente
hacia un mayor consumo de marihuana. Sin embargo es común observar en los datos
epidemiológicos internacionales que cuando en un país o en una región baja el
consumo de alguna droga, aparece un aumento en el uso de otras sustancias.
A este fenómeno se lo
denominó "efecto globo de agua", porque un globo disminuye su tamaño
donde lo apretamos, pero aumenta en el extremo que queda libre. Siguiendo la
metáfora, la pregunta podría ser: ¿hemos "apretado" al tabaco de
alguna manera y dejado "libre" a la marihuana?
De cómo se viene
trabajando con el tabaco tenemos mucho que aprender. Hace años nos resultaba
imposible pensar que se podría prohibir a alguien fumar en un café, un aula
universitaria o cualquier oficina pública. La "culpa" era siempre del
no fumador, por no saber convivir con el humo ajeno.
Hoy esa perspectiva tan
arraigada dio un giro de 180 grados.
Se pudo cambiar. Para
ello se puso en marcha una legislación pertinente, nuevas perspectivas -como la
del "ambiente libre de humo"-, restricciones a la publicidad del
tabaco y distintas acciones que lo hicieron entrar en una especie de
"desprestigio". ¿Quién no está hoy informado sobre los destructivos
efectos del cigarrillo en la salud?
Pero la picadura de
marihuana no parece ir por el mismo camino. La política regulatoria sobre el
tabaco deja lecciones y algo de optimismo frente al problema de las drogas.
Por el contrario, dejar
"libre" -es decir, sin regulación- una sustancia como la marihuana
parece ser, a la vista de los datos expuestos, una idea para revisar.
*El autor es
subsecretario de Adicciones de Córdoba
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