Héctor Jairo Saldarriaga Perdomo, alias "Mojarro", sicario asesinado en 2012 en Recoleta
En una misma noche, la Capital Federal fue
escenario de dos ajustes de cuentas con el sello narco. Ambos fueron ataques
ejecutados por sicarios, en zonas con mucho movimiento. Desde una moto o en el
medio de una plaza, los asesinos se las ingeniaron para sorprender a las
víctimas. Por eso, los investigadores no descartan una conexión entre ambos
casos.
El primer crimen fue
cometido el sábado, cerca de las 22.30. El colombiano Kevin Germán Rodríguez
(23) fue asesinado de un balazo en la cabeza en la Plaza del Congreso. Su
cuerpo quedó recostado en uno de los bancos de la plaza, donde minutos antes
había estado sentado junto a dos hombres.
Poco después, ya durante
la madrugada de ayer, Víctor Manuel Vargas Espinosa, también de nacionalidad
colombiana, fue hallado muerto en Catamarca al 200, a pocos metros de la
Plaza Miserere. Lo encontraron tirado en el piso, con un balazo en la cabeza.
Los investigadores creen que lo atacaron dos sicarios en moto.
Los investigadores ya
pudieron determinar que un punto de contacto entre ambos hechos es que las dos
víctimas vivían cerca, a unas diez cuadras de diferencia, en hoteles de la
misma zona de Congreso: el joven asesinado el sábado en uno ubicado sobre la
calle Hipólito Yrigoyen y el hombre atacado el domingo en uno situado en la
calle Solís. Por el lado de los antecedentes, de momento, no se detectaría
conexión alguna. Vargas Espinosa, delitos contra la propiedad como robos y
hurtos. Por su parte, Rodríguez los presentaba por infracción a la ley de
drogas.
Aunque las
investigaciones todavía están en curso, se analizan posibles vonculaciones
entre ambos casos, que remiten a otros homicidios que alertaron sobre la presencia
de narcos colombianos en Argentina. A continuación, un repaso de los casos más
resonantes.
24 de julio de 2008
Los colombianos Edilson
Duque Ceballos (35), alias “Monoteto”, y Alexander Quinter Gardner (35) fueron
acribillados a balazos en el estacionamiento del shopping Unicenter, en la
localidad bonaerense de Martínez. Un sicario los atacó a balazos cuando bajaban
de un Volkswagen Vento, en plena tarde. En el coche también estaba Julián
Andrés Jimenez Jaramillo, el único sobreviviente.
Los tres ciudadanos
colombianos pertenecían a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), grupos
paramilitares ligados al narcotráfico. “Monoteto” se había instalado en Pilar,
donde recibía las visitas de su familia. Su mudanza era una cuestión de
supervivencia: había escapado de su país en medio la feroz interna desatada
dentro de las AUC.
Desde su casa, y
acompañado de Quinter Gardner y Jimenez Jaramillo, seguía de cerca lo que
pasaba en Colombia. Le interesaba conocer el destino de sus enemigos, quienes
seguían resolviendo sus conflictos a balazos. También aprovechaba el tiempo
libre con largas caminatas junto a sus amigos y para analizar futuras
inversiones. Tenía planeado quedarse un tiempo largo en Argentina.
Todo eso cambiaría el 24
de julio de 2008, cuando los tres colombianos fueron ejecutados. Desde un
principio, la investigación judicial apuntó a un ajuste de cuentas vinculado al
narcotráfico.
El caso fue relacionado
con otro homicidio cometido unos meses después: la víctima, el colombiano Juan
Sebastián Galvis Ramírez (29) fue acribillado por un sicario sobre avenida
Libertador. También se mencionaron nexos con el Triple Crimen de General
Rodríguez y con la detención en España de los hermanos Eduardo y Gustavo Juliá,
por traficar una tonelada de cocaína en su jet.
Aunque una línea de
investigación apunta a sicarios extranjeros que habría actuado con el apoyo
local de miembros de la barra brava de Boca, la causa por el doble crimen de
Unicenter no tiene detenidos. Las demoras en el expediente derivaron en un
juicio político contra el fiscal general de San Isidro, Julio Novo, acusado de
“obstaculizar” la investigación.
17 de abril de 2012
Mientras caminaba por
Recoleta, el colombiano Héctor Jairo Saldarriaga Perdomo, alias “Mojarro”, fue
acribillado a balazos. Por su crimen, fue detenido Jonathan Emanuel Aristimuño,
quien fue juzgado por el Tribunal Oral Criminal Nº1, en el primer juicio a un
sicario en la Argentina. Y en agosto de 2015, lo condenaron a perpetua por
"homicidio agravado por precio" y le unificaron la pena con una
anterior, en la que le habían dado 15 años de cárcel.
¿Quién era “Mojarro”? Con
pasado en las FARC colombianas y también en la vereda de enfrente (Autodefensas
Unidas de Colombia), algunos lo vincularon al doble crimen de Unicenter del
2008 y lo señalaron como jefe de sicarios del capo narco Daniel “El Loco”
Barrera Barrera -detenido-, y quien se cree fue quién ordenó su homicidio. Lo
cierto es que Saldarriaga Perdomo, tras haber sobrevivido a un atentado en
Colombia, en 2011 decidió emigrar a la Argentina junto a su mujer y su hijo; y
se instaló en Concepción del Uruguay bajo la identidad falsa de Carlos Brausín
García. Tenía 39 años y caminaba por Marcelo T. de Alvear, en Recoleta, cuando
lo mataron a balazos.
3 de abril de 2014
En medio de cientos de
personas que corrían y paseaban por los bosques de Palermo, dos hombres en moto
alcanzaron a una pareja en bicicleta y les dispararon: él murió y la chica fue
herida. Carlos Alberto Gutiérrez Camacho (40) y su compañera, Solange Kive
Trujillo (21). Ambos colombianos. Iban por la ciclovía de Figueroa Alcorta
cuando un hombre se bajó de una moto, puso una rodilla en el suelo, apuntó y
disparó once veces con precisión y frialdad de sicario. A él lo mató de tres
tiros. Ella terminó internada en el Hospital Fernández, con dos balazos, herida
de gravedad, pero viva.
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