Tarragona al 1100 bis, una esquina rosarina que ha sumado varios homicidios en los últimos años
Gerardo Ignacio Ruiz Díaz, alias "Gordo
Pupo" y de 23 años, murió el lunes a la tarde tras ser baleado desde una
moto a las puertas del "búnker del medio", un histórico quiosco de
venta de drogas de Tarragona al 1100 bis, en el barrio Emaús. Sobre el
asesinato no existen más que escuetos datos brindados desde la Fiscalía y que
refieren a que la víctima fue acribillada la noche del domingo con varios
disparos que lo alcanzaron sobre el lado izquierdo del cuerpo. En el barrio, en
tanto, se habla de que la noche del sábado "el Gordo le pegó mal a un
pibe, pero muy mal, y el loco le dijo que iba a volver. Y volvió".
Emaús es un barrio peculiar en la zona
noroeste de la ciudad. Pobre, como la mayoría de la periferia rosarina, está
conformado por humildes casas de material mezcladas con prefabricadas de techos
bajos, calles con mejorado, veredas de tierra y zanjas pestilentes. Está
cercado por los monoblocks del barrio 7 de Septiembre, las casas señoriales de
Fisherton Norte, los ranchos de la villa La Bombacha y construcciones de clase
media del barrio Hostal del Sol. Además, el lugar carga con el sello de tener
uno de los puntos de venta de drogas más antiguos de Rosario: "el búnker
del medio". Un quiosco afincado a partir de la crisis del 2001 en
Tarragona entre Génova y Juan B. Justo. Desde aquel momento el local se ha
movido en alguna oportunidad para despistar cuando hizo falta.
En la actualidad "el búnker del
medio" es más una referencia que un punto fijo de venta, lo que se
modificó a partir de la irrupción de las fuerzas de seguridad nacionales en
abril de 2014. "El búnker modificó sus hábitos hacia el delivery. Tiene
motitos con las que hacen el reparto de la droga. ¿Quién se va a poner a parar
a los deliverys?" explicó un vecino de la zona, sumergido en la máxima
discreción y con una voz por demás de baja.
Saga
que mete miedo
"Nadie te va a hablar porque acá todo
está más que claro: vos hablás y te cagan a tiros la casa. Vas y los denuncias
en la comisaría y te cagan a tiros la casa. Esto es un círculo vicioso al que
lamentablemente todos nos acostumbramos, pero que es imposible de tumbar. Todos
los vecinos saben qué es lo que pasa, pero nadie va a denunciar porque todos
tenemos familia", explicó el hombre.
La muerte del Gordo Pupo se sumó al listado
de jóvenes que dejaron sus vidas en las inmediaciones del "búnker del
medio". El grueso de los hechos tuvo lugar en la misma manzana, delimitada
por Sánchez de Loria, Tarragona, Génova y Juan B. Justo. Juan Alberto
"Pelado" Jaime, de 19 años, fue asesinado en octubre pasado en
Sánchez de Loria y pasaje Franklin; Franco Nicolás "Nico" Burgos, de
20 años, cayó el 13 de abril de 2014 en Sánchez de Loria al 1000; Iván Daniel
Romano, de 22 años, fue ultimado en Tarragona al 1100 bis; Pedro
"Monito" Altamirano, 19 años, murió bajo las balas el 20 de septiembre
de 2012 en inmediaciones de Tarragona y Juan B. Justo; Iván Bisbal, de 14 años,
terminó muerto el 13 de agosto de 2011 en Juan B. Justo al 7900. Y eso sin
contar la vida de soldaditos como "Picachu", que tras haber sido
blanco de varias balaceras hoy está postrado y depende de una colectomía.
Cosa
de Tuertos
En el último lustro "el quiosco del
medio" tuvo como referencia a dos hombres con similar apodo: uno fue
Roberto "Tuerto Boly" Padilla, asesinado en diciembre de 2012; el
otro fue Gustavo Armando "Tuerto" Cárdenas, preso desde octubre de
2014 por el crimen de su antecesor. Con Cárdenas afuera, quien tomó las riendas
del negocio parece ser una incógnita, aunque referentes autóctonos hablan de
"La tuerta Ramona" y "La vieja Pety", quienes desarrollaron
en el lugar un negocio familiar.
En cuanto a los motivos de conflictos que
tienen los soldaditos del búnker van desde las peleas internas a las broncas
que mantienen con los pibes del barrio 7 de Septiembre o de Hostal del Sol.
En este contexto, el Gordo Pupo desentonaba
porque, según relataron los vecinos, no vivía en esa zona. Por su edad, 23
años, se infiere que tenía algún charretera en la jerarquía del negocio de la
venta de estupefacientes, algo que ayer fue imposible de comprobar debido a que
la cuadra era un hervidero de pibes sin calma que lo único que hacían era
observar la labor de los periodistas con ojos amenazantes.
Sin
palabras
Según la información oficial, el Gordo Pupo
estaba el domingo a las 1.30 de la mañana cerca del ingreso al búnker cuando
dos hombres en moto pasaron y dispararon con pistolas calibre 9 milímetros . La
víctima recibió impactos en el tórax, y el brazo y la pierna izquierda. Fue
trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez en una ambulancia
pública y el lunes a las 15.50 murió como consecuencia de las heridas
recibidas. Fuentes allegadas a la pesquisa, en manos del fiscal Pablo Pinto,
indicaron ayer que tienen a un sospechoso individualizado. En el barrio, por lo
pronto, ya lo están buscando.
Son
menos que el año pasado
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